martes, 12 de abril de 2011

NO TODAS IBAMOS A SER REINAS

Las niñas buenas no se mosquean, decía mi madre; no te van a tomar en serio, busca a alguien que te merezca, pareces suelta…. Siempre nos lo advirtieron. En el fondo ninguna quiso ser la puta, pero por alguna razón no todas íbamos a ser reinas: sólo la Cenicienta Gabriela, sólo ella.


Toda mujer sabe -más o menos conscientemente- del escollo de la sexualidad masculina: la división femenina entre princesas y putas. De ahí que una mujer suela sostener el gastado “yo no soy como las otras”, generalmente refiriéndose a que no es fácil sexualmente. Aunque hoy existen las otras que afirman “yo no necesito amor para tener sexo como las otras”. Sin embargo, ambas pueden padecer del mismo mal de amor: su príncipe no las elige.

Ese será el cometido de este histérico post: explorar los secretos de la elección del príncipe.

De los cuentos tradicionales podemos recoger ciertas recurrencias: el príncipe escoge a la mujer muda, débil, pálida, víctima, empobrecida. Cenicienta el paradigma. Sabemos desde el psicoanálisis que la mujer ideal del hombre es la mujer que porta el rasgo de la falta: pobre, tímida, a veces desafortunadamente, golpeada por él o por otro. J. A. Miller dice que también la puede buscar poderosa, rica; pero con la condición de que este rasgo aparezca como ilegitimo, como una excentricidad que no le pertenece.

Cómo podría operar esto en los tiempos en que la mujer no juega a la dama en peligro? Tal vez bajo la figura de la loca extraviada, deprimida, perdida, donde el hombre vendría a jugar al orientador.

Pero hay otro rasgo que es posible tomar de las Cenicientas: el lugar del padre. Existen versiones antiguas de este cuento popular (previas a la edición de Perrault para la corte) donde aparece una Cenicienta incestuosa, incluso asesina de la primera madrastra. Lo que queda en todas las versiones, incluso en las más recatadas, es que se trata de la hija amada del padre. Una hija histerizada por el padre podríamos decir. Esa hija que sostiene al padre como el verdadero hombre, el ejemplo, el héroe; tomando más fuerza si éste está muerto.

En general se trata de padres narcisos que seducen a sus hijas y dificultan que éstas encuentren un hombre que esté “a su altura”. Padres no criticables, en tanto su impotencia y falta están veladas por el respeto al “ex combatiente”: el que ya hizo sus méritos y no tendría que demostrarle nada a nadie, además ya es muy viejo para combatir.

Sabemos que muchas veces un hombre se interesa por el hombre que está detrás de una mujer más que por ella misma. Algo así como el yerno fan de su suegro; quedando nuestro príncipe generalmente reducido a    un mequetrefe. Así, a veces la estupidez masculina busca algo así como una “niña de familia”, “la hija del doctor”. Hasta que se da cuenta que no se trataba más que de un “dostorss”…

Generalmente a una mujer sola no se la respeta, es de lo que se quejan las mujeres separadas. Para el psiquismo masculino, vendría a representar a una mujer demasiado disponible….de ahí el rápido desplazamiento a puta.

Hay mujeres que sospechan algo de esto y tiran la alcurina sobre la mesa o algo así como “los valores” (lo que no es más que una pésima relación a su devenir libidinal). Pero hacerse la cuica, no garantiza nada. Esto lo podemos verificar en las hermanastras feas de Cenicienta. Me parece que esta confusión se acentúa en un país como el nuestro, donde el querer ser aristócrata es tan importante para eclipsar el hecho de que venimos de los españoles perdedores lanzados a las tierras que nadie quería venir.

Tampoco se trata de hacerse la monja, de esto nos pueden hablar las femme fatal del cine, altamente deseadas por los hombres. De éstas últimas, podemos decir que su rasgo común es que son siempre de otro hombre (generalmente de la mafia), no necesariamente del padre. Eva quizás es el mejor ejemplo: estaba seducida - más que por Dios padre- por la serpiente. Podríamos decir que la clave de la condición femenina es ser de Otro, o mejor dicho: no-toda para el príncipe.

Quienes son las hermanastras feas entonces? O las que pasan un día de ser reinas a putas? Yo diría que las ansiosas por tener, tener un hombre, sobretodo si tiene “pelotas”, de ahí el error de nuestra Kenita. Creen en el tener, tener linaje, tener dinero, tener pechugas, todos semblantes del “yo tengo”. Por eso creen tanto en que el hombre tiene. Son las que creen en la obsesión masculina de que el tamaño importa. Mujeres que terminan jugando al juego de la igualdad con el hombre: le administra los bienes, se los cuida; la mejor amiga de los hombres. Las que se entregan sin valor de diferencia.

No es que una mujer no pueda tener “pelotas”, pero a las Cenicientas no es todo lo que las representa, más bien no le importa. Recordemos que las Cenicientas están siempre algo extraviadas –no sólo perdidas en el bosque como cree el príncipe- sino que en Otra. En otra que las buenas razones fálicas.

Dedico esto a todas las que sufren por amor, las que creen que son un buen partido pero no matan ni una mosca.

22 comentarios:

  1. Interesante como pones en juego la plasticidad de la histeria, desmarcadola de la mujer -que no existe, como la relación sexual-.

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  2. güenazo post!!!!... en otra será algo así como las fuerzas mamíferas???... la fuerza de ser, es extraño ser algo para una mujer, sobre todo porque el régimen de lo escópico es tan pesado sobre el cuerpo femenino... pa' conversarlo.

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  3. jajaja es tragi-cómico.... caminar por la delgada línea entre la monja o la puta, por tratar de ser princesa. Hay que ser malabarista nomás pa eso... y el secreto alomejor está en saber leer al otro.. aunque ahí va la contradicción de por qué tengo que cambiar, o pretender algo que no se es para gustarle a él.. el supuesto principe (que al final siempre resulta ser un sapo jaja). Y que hace él por agradarle a una... Habrá que cambiar la mentalidad de que existe un príncipe azul y miles de pseudoprincesas... y mentalizarse en que todas somos princesas y con o sin principe azul reinaremos igual jaja onda al puro estilo Reina Elizabeth (Isabel I de Inglaterra, wena peli XD)

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  4. medio mala onda la dedicatoria del final, o quizâ no la entendî. para quienes hemos sufrido por amor, en todas y cada una de las posiciones que describes...suena a mala onda. estimulante texto igual.

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  5. Hola Goyi, la dedicatoria es una ironía a la idea de "ser un buen partido" como otro semblante del tener. Desde el femenino concebido por el psicoanálisis lacanaiano, el tener importa un bledo.
    Saludos¡

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  6. Vale :-) Si yo sé, o me imagino en realidad porque no he leido nunca a Lacan, que parece que ése es buena onda con "nosotras". Quizâ mi duda es mâs bien polîtica o mâs întima, en relaciôn a la ironîa. Si pones juntas ironîa y vulnerabilidad, o ironîa y desposesiôn de sî mismx, o ironîa y verguenza, se me aparece como un poco maletero o cruel para una cenicienta, una puta, una monja o un buen partido,que lea el texto. Quizâ si yo fuera una de ellas en este preciso momento, ni siquiera soportarîa leerlo hasta el final. Entonces, es que el texto estâ escrito sôlo para las que creemos ya haber sido todas ésas y haber elaborado todo eso? (Lo que no significarîa no poder serlas de nuevo, claro estâ, sino sôlo haber vivido o ser mâs viejas, o ser muy jôvenes y haber vivido poco, no sé).
    Pero igual dudo de lo que te digo, no estoy segura.Quizâ ese gesto, macabro como la muy buena foto que posteas, sea un cachuchazo necesario de tanto en tanto.En fin.Saludos!

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  7. jaja, me dio como risa, y ocupo el como, porque en ciertos momentos, pensé, "¿que hago leyendo esto?"
    pero, tienes razón, las clasificamos entre putas y princesas, pero más que eso, entre autos usados y autos nuevos, va más con el pensamiento progresista del que tanto se jacta el Chile del ultimo tiempo. pero hay algo que me hubiera gustado que abarcaras, es el cambio de mentalidad del hombre, que ya no es tan hombre y es más un niño, del hombre que se esta afeminando, y busca a la mujer perra, a la que te controla, entonces, putas princesas y perras, que pueden ser cualquiera de las dos, o ninguna, una entidad nueva, de una mina jugada, y que te da miedo, y que te atrae intensamente.
    un gusto leerte, que estés bien.

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  8. Goyi, tu comentario me deja pensando. Coincido en que por más elaboración seguimos pasando una y otra vez por esas posiciones de la histeria, de manera que la ironía no está escrita desde alguna superioridad.
    El problema que me obsesiona justamente es la posibilidad fenmenina de ir más allá de los semblantes fálicos. La ética del no-todo.
    Pero a veces las mujeres mismas rechazamos las posibilidades de la lógica de lo femenino. Debo confensar que este post me costó meses publicarlo, porque me parecía frívolo y hueco. Algo ásí, como que debiera estar escribindo sobre asuntos más solemnes e importantes. Los problemas de amor, siempre han sido llevados en lo intelectual al campo de lo íntimo y rasca. Esa presión de estar en los "asuntos importantes" es aferrarse a los semblantes fálicos.
    Respecto de la vulnerabilidad y la ironía, pienso que no hay una regla, pero en este caso me pareció que podemos reírnos de nosotras mismas.
    Saludos¡

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  9. Hola Miwelosour, de todas maneras queda pendiente algo sobre las subjetividades masculinas. Si al final hay que decir quién es finalmente el príncipe, o con quién goza: con la princesa, con el rey o con el zapato?
    Saludos¡

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  10. Tienes mucha razôn en eso del amor y el terreno de lo intelectual. Por eso, qué bueno que lo publicaste! Y sî, reîrse de una misma y contar con amig@s que te acompanhen en esa carcajada,amablemente,debe ser de las maneras mâs bakanes de traspasar esas relaciones de poder que nos corsetean la libertad. Salud por eso! Bye!

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  11. Creo que el tema del desencuentro amoroso no es frívolo, lo que pasa es que es taaaaaan relevante que traspasa el ámbito puramente académico para situarse como un tema de interés público sumamente rentable; llenando anaqueles de auto ayuda y bloques de matinales. Sin embargo, me parece que su investigación es fundamental para la práctica clínica; donde -podría asegurar-, es el motivo de consulta más reiterado. Pero, más aún, me parece interesante ofrecer una mirada psicoanalítica que saque el foco del discurso neurótico de la impotencia para situarlo en el de la imposibilidad. Muy buen post, ojalá puedas seguir escribiendo acerca de ese goce Otro que es tan misterioso...

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  12. Hola secretaria del alienado (pero que buen apodo tienes¡), coincido en que se trata del tema más recurrente en la clínca de la neurosis.
    Si puedes lee el post "no-toda biopolítica"
    Saludos¡

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  13. La princesa y la puta suenan como parte de una misma dimensión. Tal como se expresa en términos de análisis del yo desde concepciones dimensionales, desde tu experiencia ¿es posible integrar ambas partes dicotómicas y no quedarse anclado a una de ellas?

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  14. Hola Ramiro, se trata de distintos semblantes femeninos, modos de ubicarse subjetivamente, en los cuales una mujer puede circular (ya que la anatomía no comanda, también hay hombres cenicientos). La idea de integración acá no cabe, ya que no se trata de encontrar algún punto medio o equilibrio. Más bien, lo femenino desde lo lacaniano, tiene que ver con que no existe un modelo consistenete de mujer. Lo cual no se trata de que esté incompleta, o le falte algo, sino que al no estar totalmente definida por lo fálico se abre a otras posibilidades. Es no-toda.
    Saludos

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  15. No hay integración!!!, quizás eso habla más de Lacan, jajajajaja (sin ofender)

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  16. Constanza:

    Te escribo acá luego de escuchar tu Podcast con Villouta. Terminé con mi ex y quiero saber más sobre eso de 'hacer falta' ¿Cómo puedo lograr eso si en este tiempo estamos distanciados? Sigo así no apareciéndome o me doy una vuelta loca en su lugar de trabajo 'calentándole la sopa' a otro tipo? Realmente lo amo y terminamos por una idiotez. Pero claro, puede que esa idiotez se traduzca finalmente en que perdió el 'deseo' que tenía de mí ya que pasábamos mucho tiempo juntos. No obstante terminamos porque el pensaba que no le prestaba mucha atención (soy muy trabajólica) y eso terminó enojándolo, además, el hecho de no estar presente siempre para él con detalles. Reconozco que actúe mal y no lo trataba muy bien pero bueno, no sé qué hacer.

    Espero tu consejo, y gracias.

    Josefina G.

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  17. Hola Josefina, esto de hacer falta, no tiene que ver con ausentarse físicamente, más bien tiene que ver con ubicarse como objeto del deseo del otro, posición que genera entonces la falta.
    El problema es que no se trata de algo voluntario y consciente, a veces nos pasa, a veces nos resulta. El punto está en que si nunca nos resulta, uno debiera preguntarse si quizás hay algo que lo ostaculiza.
    Lee un post de este blog llamado "De putas y madres 1: la mirada del lobo".
    Saludos¡

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  18. Hola qué tal interesante artículo escribo un texto y para ser representado y el título del mismo de llama: El fantasma tiene cara de : ¨MUJER¨, me parecío muy interesante esto miles de gracias!!!

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  19. Llegue a este post como much@s y muchos .. jejjej buscando información... para mi novela .. las princesas los principes....Las Reinas... muy interesante.. tu visión ..
    gracias..

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  20. No entendí mucho, lo q me qeda es como que las minas siempre jugaran a algo que como que no fueran ellas.
    No es toda esta wea algo medio libidinoso ? una especie de contorsion del sexo sobre el histrionismo ?

    Seria interesantiiiiisimo descubrir que al final las minas tienen un gigantesco sentido del humor y mucha paciencia como para hacer volteretas de putas, santas y manipulacion todo junto.

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  21. Muuuy bueno! Y siempre este tema me lleva a la siguiente pregunta: Que quiere una mujer?
    Ser princesa, puta, monja, hombre, etc, etc. Siempre vamos a estar incompletas, estaremos atrapadas en ese eterno goce, sino seriamos hombres jaja
    Gracias y saludos!

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